domingo, 27 de mayo de 2012

De montañas y funciones


Ayer tuve la sensación de alcanzar una cumbre, agotado, satisfecho, sintiendo que aunque sabía que la podía alcanzar era necesario llegar y poner la bandera para que se viera desde todas partes.
                El teatro es pasión y sin ella es imposible que una representación tenga esa vida que la convierte en un momento único; cada actuación tiene su propia personalidad pero el estreno tiene además ese áurea de salto al vacío, una suerte de vuelo sin motor que no sabes cómo terminará por más que revises el equipo 1000 veces.
                Moliére es un 8000, una montaña que intimida y atrae a un tiempo; desde la base la ves accesible, divertida, llena de lugares increíbles en los que detenerse a disfrutar pero cuando la has subido y los contemplas desde lo alto te das cuenta de lo cerca que están del precipicio. Uno no puede subir un 8000 sin un buen equipo y yo he tenido al mejor; Rosana, Carmela, Patricia, Tati, Paz, Pili, Pablo y Emilia son una gente con la que iría al fin del mundo con la seguridad de que llegaríamos, nos reiríamos y dejaríamos huella. El mapa que Mónica nos dio resultó ser el mejor y la cumbre alcanzada demuestra el recorrido de los últimos años. Una vez más llevamos en la mochila las increíbles luces de Zé manejadas como solo saber hacerlo Armando; nos arropan, nos animan y siempre nos sorprenden consiguiendo que seamos rendidos admiradores de su arte.
                Pero uno no puede subir un 8000 sin que queden cicatrices en el alma; si escribiera esto dentro de una semana me parecería un sueño pero por eso tengo que sacarlo hoy cuando el cansancio te ayuda a revivir la felicidad del momento, cuando aun sigues en la nube mirando al vacío. Habrá más actuaciones pero no como la de ayer; un estreno y un año que ha dejado marcas indelebles, marcas por las que en poco tiempo pasaré mi mano y sonreiré sabiendo que han merecido la pena y que me han proporcionado madurez, sabiduría y un placer que no se puede comparar con nada; gracias chicos por todo lo que me habéis dado, me dispongo a vivir sintiendo un gran respeto por unas personas que han sido, son y serán siempre una parte muy importante de mi vida.
  
Dame la noche, cuando la música suena y el amor esta en el aire


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