martes, 6 de noviembre de 2012

Una Fuenteovejuna periodística

Cuando he visto este atardecer, encerrado en casa con el primer catarro serio del invierno, las movilizaciones en contra del ERE en el diario El país he sentido mucha envidia, envidia sana si es que eso existe; me emociona ver los apoyos que se les da a los trabajadores por parte de personas relevantes del ámbito cultural, creo que son merecidas y necesarias, pero me producen a la vez un sentimiento de frustración muy grande.
No hace tanto tiempo la Cadena SER puso a más de 200 personas en la calle y ya se habla de un nuevo ERE para abril; los compañeros de El País estuvieron con nosotros en las concentraciones... pero nadie más; puede que los de la radio no nos sepamos “mover”. que el prestigio de la prensa escrita sea mucho mayor o que no hayamos sabido transmitir la importancia que la radio ha tenido para este país (y aquí pongan lo que quieran, España o Galicia para ambos casos sirve la frase); cuando volvió Castelao allí estaba la radio, cuando se hundió el Casón allí estaba la radio, cuando se rodó Mar Adentro el equipo de producción pudo tener una entrevista con Ramòn San Pedro que se había emitido en la radio, y hace bien poco que sacaba de ese mismo baúl otra entrevista con Laureano Oubiña. Hace poco también que se le entregó la Antena de Oro a mi querida y admirada Ángeles Afuera jefa de documentación de la SER desde antes de que existiera ese concepto.
Si escribo todo esto no es tanto para reivindicar el papel de la radio y recordar que está sufriendo los mismos golpes que la prensa, que también, si no para evidenciar las diferencias entre periodistas que hemos creado desde la propia profesión; hemos conseguido que haya varias clases de periodistas, los vendidos, los de prácticas, los de Intereconomía, ABC o La Razón despreciados por “los otros” como si nosotros no hubiéramos servido alguna vez a algún amo ( y el que no se reconozca es que no ha trabajado mucho), los de la pública, los de la privada...
En Galicia han caído muchos medios, han aparecido otros, en muchos casos empujados desde sectores que quieren que todo cambie para que todo siga igual, y, al mismo tiempo, se desprecian los proyectos más independientes, se les hace el vacío y, cuando consiguen una exclusiva, ni uno solo de los grandes sigue la estela no vaya a ser que se note mucho que David volvió a ganar a Goliat.
La edición gallega de El País es muy necesaria, como lo es El Correo Gallego, como lo eran los que se fueron ya de La Voz y como lo es también un reparto justo de las frecuencias de radio que pronto se concederán; todo esto es parte de una sola profesión que, con la que está cayendo, aún no ha conseguido unirse. 
En la última huelga general debatimos sobre la conveniencia de informar en tiempo real ese día y,si uno piensa que un periodista es un trabajador, la respuesta sólo puede ser una y es NO; una huelga no lo es menos para un periodista, los ingenuos que a estas alturas sigan creyendo que son un caso “distinto” por trabajar en un periódico, una radio, una tele, una web, etc. que vayan poniendo los pies en la tierra, 
Y no quiero terminar sin referirme al soporte de los periodistas y que son aún más olvidados si cabe, los de talleres, los técnicos, los informáticos, grafismos, administración, ¿no trabajan ellos con nosotros? ¿no han caído en esta guerra como los periodistas? pues eso, o convertimos la profesión en Fuenteovejuna o no habrá en este país profesión que defender. 

2 comentarios:

Edu Navarro dijo...

Amigo mío,todos somos iguales. Unos más iguales y otros menos iguales, claro.
Me temo que a nosotros nos tocó lo de Faemino y Cansado: siempre perdiendo.
Un abrazo desde Barcelona de tu amigo Eduardo.

Lindeiros dijo...

gracis Eduard¡¡ tienes razón los de la radio debemos de ser todos del atlético :)